Aprender aprendiendo al fallo - Carta 35 de 365


He aprendido a aprender, he caminado pisando fuerte, me queme y no sentí calor. 
Sentimiento de un ser inerte que por reír perdió la cordura. 
Viento que arrasa, mi bendita locura. 
Arrancaste la mejor parte de mi. 
Volví a reír, sentir, a vivir, transformaste mi alma, volvió a surgir. 
Y ahora sólo quedan canciones por abatir, quedan letras y mi guitarra deprimida. 
Te veo en cada oleaje, este compás de por vida. 
Yo que creía que necesitaba musas para escribir. 
Me doy cuenta que eso ya no es así, contigo me basta para subsistir.
 Cada pagina de este libro habla de ti, cada verso de esta rima habla de mi. 
Ojala tengamos tiempo de volver a vivir, ojalá no sea ojalá y se convierte en realidad.
Porque ¿Que es el tiempo, sino contar? Cuento días desde que no estás, se que no hay vuelta atrás.
La inercia de la realidad transforma el camino perdido.
La cordura de un conjunto de rarezas que no se sabe hacia donde va.
Pedir perdón en vez de permiso sabiendo que es de humanos equivocarse.
Perder sabiendo que puedes ganar ganando
Querer queriendo que puedes lograrlo sin mas
Reír hasta que duela el alma de tu espíritu.
Que no se debe morir sin antes no derribar la ultima piedra
Huecos vacíos que penetran el ser.





                                                                                             Nada mas por hoy. Te escribo mañana
                                                                                                          Posdata: Cuídate; Carta 35 de 365

Comentarios

Entradas populares de este blog

Este soy yo - Carta 50 de 365

Quiero hacerle un masaje a mis pensamientos - Carta 73 de 365

Un año y... ¿Adiós? - Carta 365 de 365