No te quiero soltar - Carta 299 de 365

      Si, tal y como dice el título, no te quiero soltar, hoy me he levantado antes de tiempo, ya es una costumbre en mi el dormir tan poco, mi cabeza está revolucionada y no paro de pensar en que me deparará la vida, miles de sueños raros me perturban mientras duermo, me levanto agitado, supongo que es algo normal cuando estás en mi situación.

Pero como siempre me pasa todo me hace reflexionar, mis miedos a flor de piel, a una pequeña parte de mi le da pánico no poder demostrar en este tiempo lo que he aprendido, que cuando el río vuelva a su cauce no me digan "te has relajado" quiero que mi gente vea algo diferente en mi, en mi mirada, en mis ganas, es difícil explicarlo sino lo sientes.

Me lo estoy currando tanto desde aquí que a veces llego a dudar si merece la pena, ya peleo por inercia, lucho con una venda en los ojos tapando mis oídos para que no escucharle decir que para y salga el antiguo yo.

Es muy difícil mantener lejos de mí a el antiguo yo, el antiguo yo ya lo habría dejado todo, de habría vuelto a su país, habría recurrido a lo fácil, no se ni como me he atrevido a esta aventura, seguramente porque desde mi inocencia no imaginaba que fuese tan difícil.

Tampoco tengo muchas más opciones, seguir remando, apretar los dientes, demostrar todo lo que se, tener la cabeza alta y por supuesto obviar todo lo que se me pasa por la cabeza diariamente. Sin olvidarme de que es agotador y tener que estar viendo como hacen y deshacen mi vida a día de hoy.

Sólo espero que dentro de como mucho 3 meses pueda decir, os dije que había cambiado, debisteis haberme escuchado, tiene que ser una satisfacción muy grande poder callar todo eso que dicen de mi.


                                                                         Nada más por hoy. Te escribo mañana
                                                                                              Posdata; Cuídate: Carta 299 de 365

Comentarios

Entradas populares de este blog

Este soy yo - Carta 50 de 365

Quiero hacerle un masaje a mis pensamientos - Carta 73 de 365

Un año y... ¿Adiós? - Carta 365 de 365